Él la miraba.
Ella parecía no verlo.
En su palacio de cristal, la niebla borró los momentos.
Recuerdos se esparcían por su regazo,
jóvenes amantes sonreían en un trozo de papel rasgado,
mas no encontraban sitio en sus ojos cansados.
No eran nadie,
la memoria parecía haberlo descuidado.
El tiempo y sus estragos.
Ya no eran niños,
arrugas en la piel y el paso de los años.
Alianzas que traen susurros del pasado,
silencios que aguardan un milagro.
Sus ojos se encontraron
como llevaban haciendo cincuenta años.
Una vida compartida,
un amor entregado.
Ella miró al hombre devastado.
No sabía quién era,
rechazó su abrazo.
Él se quedó ahí, parado.
La observó como había hecho durante tantos años.
Lágrimas en el rostro,
pecho destrozado.
Él ya no existía,
ella lo había olvidado.
Rocío Savas
¡¡¡Genial Rocío!!!. Cada día me sorprendes más.
ResponderEliminar¡Hola! Es hermooso, me alegro puedas compartir aqui tus escritos <3 ¡Nos leemos!
ResponderEliminarJazmin - Navegando entre Letras