Hacia la libertad

Del Olimpo al Inframundo

solo hay un paso

y unas alas de cera

que se derriten al llanto

de quien quiso rozar el sol

con la palma de su mano.

El tiempo se ha esfumado

buscando la prisa

entre sonrisas

que han vetado.

Y callado queda el silencio,

mudo ante el lamento

de quien mira la vida

entre las cenizas del incendio.

Mas hoy Cerbero viste de traje,

pues el viaje llega a su final.

Caronte se despide,

ya no camino hacia el infierno,

sino hacia la libertad.