Querida Madrid

Hace semanas que no te veo, siento haberme ido sin despedirme de ti. Duele irse sin decir adiós, pero guardé en mi pecho la esperanza de volver, aunque quizás no supiera el cuándo.

Sé que ahora mismo estás dormida, es mejor así, pero entre sueños te diré que todos hablan de ti. En las noticias eres la protagonista, puede que no del modo en el que te gustaría, pero eres una gran luchadora.

Estos días no están siendo fáciles, han callado tus calles y las risas se han confinado. Gran Vía está vacía y Atocha sin abrazos; el Retiro ha perdido sus paseos y ya no hay nadie de la mano. Sin embargo, no estás sola, a tu lado luchan los héroes de bata blanca. Al pie del cañón, al frente de esta guerra sin espadas. Resistir se ha convertido bandera batalla. ahonda airoso en tus balcones, en cada aplauso, en cada alta.

Madrid, hoy hemos cambiado tu prisa por la calma y echarte de menos es otra forma de saber que estarás bien. Aunque la primavera haya llegado, florecer no es solo cosa de estaciones y ten pon seguro que volveremos a verte brillar, a llenar tus bares y a cantar por tus rincones. Todo pasará y como dijo Cubeiro, serán los museos quienes tendrán que hacer cola para vernos. Tan solo aguanta, un poquito más, porque llegará el día en el que la única curva que busquemos sea la de la felicidad.