Jaula de miedos

He escuchado gritar al silencio
y dejarse la voz en un lamento [de despedida]. Callaron las calles sin nombre,
donde no hay alma que bese en esta esquina
ni versos al paso.

Donde no hay museos que quieran vernos
ni canciones que se atrevan perder la voz en un concierto.

Los cafés son más amargos sin tertulias dentro
y ya no hay bailes hasta morir de sueño.

Prometimos que serían meses eternos,
pero nadie nos habló de los engaños del tiempo,
pues la eternidad del instante puede volver loco a cualquier cuerdo.

Explotó la burbuja
con nosotros dentro.

Nos dejó desnudos
ante el incierto
de la inexorable realidad
que atormenta en sueños.

Perdidos entre recuerdos
contamos los días cual preso
que no ve la hora de salir de su tormento.

Mientras, los pájaros planean a cielo abierto,
besando las nubes,
rozando el infierno.

Pero hoy,
mi libertad es la que queda dentro
de esa jaula sin barrotes
hecha miedos.